26.5.09

Una trup elemental

Nunca dejamos de existir salvo en la inexistencia. Nos ocultamos en la oscuridad para luego llevar nuestra luz en el momento indicado, en el lugar indicado. Aparecemos para desaparecer. Somos fantasmas, estrellas fugaces para luego caer en el vacío y volver en pura carne, inmóviles en el cielo, impermanentes. Somos y por ser somos seres.
Seres que conocen el centro, de fuegos intensos, de fuego nuestro espíritu, de cuerpos espejos, de espejos nuestra tierra, de silencios y grandes voces, de aire nuestro aliento, de sangre fluida, de agua nuestra sangre.
Los elementales caminamos por la tierra. Llevamos en nosotros el núcleo nómade, es él el que nos guía hacía el lugar común entre nosotros, lejos de lo común. Sin apuro disfrutamos el camino, no huimos ni buscamos, vivimos y exploramos. Nos descubrimos en la tierra para cubrirnos con ella.
Del interior nos invocan, desde lo profundo de las selvas, el corazón de las cavernas, el fondo del océano, y más allá el manto que nos cubre, el núcleo que nos nutre. Personajes mágicos que guardan los secretos más antiguos emiten el llamado. Somos lo que hacemos y al hacer nos damos forma, esa forma es el vacío y el vacío mismo el que nos forma. Seres del exterior nos invocan, el llamado eterno del infinito. Somos uno y somos todos, somos tierra y somos cielo, lo interno, externo, macro y microcosmos.
Y en este baile somos los pies, somos el ritmo y somos el tono. Equilibristas desequilibrados, sordos músicos, malabaristas mancos danzan en sincronía y a destiempo, hechiceros hechizados. Actores que actúan sus verdades, payasos llorones, juglares, bufones que derrocan al rey, a sus bienes y sus males. Somos el impulso real, electromagnético y virtual.
Somos lo analógico lo prehistórico, la historia y lo digital. Así como invoca la selva invoca la ciudad, es naturaleza ambigua, es realidad. No hay separación, ella es ilusión. Seremos pasado, fuimos presente y somos futuro. Decimos sí a la negativa existente y no a la afirmativa inexistente. Somos lo que no somos y no somos lo que somos.
Armonía y caos traemos los elementales. Somos todos aquellos que lo son y lo saben. Somos tierra, agua, fuego, aire, éter, luz y espacio. Somos los elementales.

14.5.09

El fincipio

Camina por la calle, bajo la lluvia y sus ojos miran el sol. La selva a su alrededor lo observa con atención. Los faroles se confunden con las luciérnagas, se detiene en un semáforo y luego cruza el río entre las piedras. La densidad de los árboles se vuelve incitante, desde las ventanas arrojan cristales, las luces se apagan y la luna cae en la espesura. Los aullidos de mil faunos lo conducen al silencio. Atraviesa un portal y pide un pasaje.

- Un pasaje al núcleo por favor
- Sí, aquí tiene.
- ¿Cuánto es?
- ¿Cuánto? Digamos simplemente que es
- Pero ¿cuanto le debo?
- ¿Usted debe algo?
- Mhh…
- ¿Tiene dudas?
- No. ¿En que andén espero?
- Si quiere esperar esperé en el que quiera esperar
- Me está cargando
- Si se considera una carga eso es bastante posible
- Lo que quiero decir…
- Dígalo
- ¿Dónde para el tren que va hacia el núcleo?
- No era tan difícil decir lo que quería decir ¿verdad?
- Verdad – Silencio -¿Entonces?
- Entonces…
- ¡¿Dónde para el tren que va hacia el núcleo?
- ¿Dónde para? No para
- ¿Y como me subo a un tren que no se detiene?
- Si le respondo todo no habría diversión ¿verdad? ¡Que disfrute su viaje!

Nace un ser…
¡Todos a bordo!

Buenos Aires 13 – 5 – 2009

13.5.09

BienVeNiDa

Bienvenidos al núcleo. Al infinito, la inexpresión de lo expreso. La eternidad. Es el equilibrio, la fusión de la dualidad, el vació, el todo. Es lo interno, es lo externo. El principio y el final del camino. Es para dejar de ser y es porque lo somos. El cristo y Anticristo, jerarquía y anarquía, Michael y Lucifer, ángel y demonio, luz, oscuridad. Es masculino, es femenino. El sonido, el silencio. Frecuente e infrecuente. Somos los 3, los 27. Somos los 20, los 12, somos los 7, somos los 9.

Lo creemos, lo creamos. Bienvenidos somos a nosotros mismos.